Y como en una montaña rusa, ilusionados a la espera de
ocupar nuestro asiento en el vagón, el final del viaje no resultó ser lo que esperábamos.
Y ahora pues, busquemos las siete diferencias. Y pensando que aun se trataba de
un juego, nos dimos cuenta que tan solo una diferencia había: esta vez somos conscientes
de lo que está pasando.
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