Historias de películas o casualidades de la vida. Como niños
pequeños lo tomamos como un juego: beso, verdad y atrevimiento. Pero creamos un
nuevo marco diferente, bonito, sin planes, sin metas,
donde se perdió la noción del tiempo. Simplemente
estar. Y observando cada detalle,exprimimos cada segundo queriendo que el recuerdo fuera nuestro reencuentro. La única salida es mirar el reloj, darte cuenta de que al cruzar la puerta
todo acabará: ¡bienvenido de nuevo al mundo real! Llegó el momento de poner los
pies en la tierra y lamentándose volver a la normalidad, pero, ¿por qué te
quieres engañar? Claro, la opción fácil es no pensar. Pero llames como le
llames, no pienses en el elefante.
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