Y volvimos a meter la pata al creer prometernos que esa iba a ser nuestra última
vez. Parecía tan real que hasta nos lo creímos. Pero el poder del secretismo y
de lo prohibido hizo romper nuestras promesas. Con encuentros al raso y
escapadas a media noche nos sentíamos las cenicientas más desobedientes.
Los cuentos se acaban justo antes de quedarte dormido, pero
hoy nosotras decimos ¡no!. Queremos seguir despiertas para fantasear y hacer de
esos cuentos nuestras historias, las historias más perversas que no os dejarán
dormir.
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